Empezando con esta nueva columna, para comentar los entretelones, detalles y particularidades de cada una de las fechas de nuestro Enduro Ecuestre, esta vez, regresando a un circuito en que la mayoría de los Old School se sienten como en casa, recordando por su geografía, jornadas de antaño.

 

Cuando hablamos de Enduro Ecuestre en Chile, no pueden quedar fuera pistas con las
características particulares como la que nos tocó correr el fin de semana recién pasado. Una pista con intervalos de planos y pendientes en general moderadas que exigieron a nuestros jinetes sacar a relucir toda su técnica y paciencia para apurar donde el piso barroso y la pendiente lo permitía.

 

Senderos de cerros y barro no profundo, fueron el escenario que no permitió a minutos, superar
los 8 Km/Hrs; y caminos de servidumbre internos del condominio, donde pudimos aflojar un poco más las riendas, para acercarnos a las velocidades a las que nos hemos estado acostumbrando en los circuitos viñateros.

 

Dejando los gustos y opiniones personales de lado, Los Aromos, nos da la posibilidad, por una parte de desarrollar cualidades de competición como binomios, sobre todo en lo referente a la conducción en los cambios de velocidad y modificación de las diagonales de desplazamiento; y por otra, lograr rescatar valiosos puntos en el ranking, o lugares en las categorías, muchas veces reservados para caballos fogueados, con velocidades inferiores a los promedios a los que se ha estado corriendo, en la mayoría de los circuitos.

 

Con respecto a este último punto, Alvaro Bulnes, se quedó con la categoría más exigente, de 120 kilómetros, a un promedio de 13,6 km/Hrs., en el castrado árabe, Jalilla de 10 años de edad.
Recordemos que las últimas carreras de esta distancia, se han definido a velocidades cercanas a 19 Km/Hrs promedio.

 

Será entonces hasta la próxima, en que el Enduro regresa al Valle de Casablanca, en la Estancia El Cuadro.