Ácidos grasos Omega 3 y 6
Existe una tendencia, desde hace unos 15 años, consistente en utilizar aceites o grasas en la dieta del caballo. Esta práctica ha sido aceptada y reconocida como una buena fuente energética en la mayor parte de las ocasiones. Hay caballos con problemas físicos como la Rabdomiolisis o que participan en determinadas disciplinas como el Enduro o el concurso completo, que requieren una dieta rica en aceite que les permita maximizar su capacidad deportiva. El carácter del caballo también se ve afectado por la proporción de almidón y grasa que contiene la dieta. Cuando se utiliza menos almidón y más grasa como fuente de energía, más efecto calmante se nota en el caballo. Por lo tanto, sabemos con seguridad que las grasas y aceites son beneficiosas para el caballo, pero ¿Qué aceite es el mejor y porqué?
Respecto a la utilización del aceite como una fuente energética, exclusivamente, todos los estudios apuntan a que el aceite de maíz y el aceite de girasol se absorben con igual eficacia. A algunos caballos les gusta más el aceite de maíz, pero ya que el aceite de girasol se comercializa en envases más grandes y suele ser más barato, intentaremos usar este aceite preferentemente y utilizaremos el aceite de maíz sólo en caso de que al caballo no le gusta el girasol. O sea, si queremos engordar al caballo o reemplazar una parte de la ración con aceite, no notaremos diferencia entre un aceite y otro.
¿Pero cómo se ve afectado el nivel de nutrientes cuando añadimos aceite a la dieta?
A nivel nutrientes, el aceite aporta más bien poco a la dieta. Se sabe además que cuando se produce energía utilizando como fuente el aceite, se generan radicales libres como subproducto, así pues, será recomendable añadir a la dieta vitamina E, un antioxidante que ayudará a reducir los efectos oxidativos antes señalados.
Un nutriente que se encuentra en el aceite en cantidades notables son los ácidos grasos, estos varían en proporción según el tipo de aceite utilizado, así que dependiendo de como queremos manipular estos nutrientes, deberíamos elegir un aceite u otro para añadir a la dieta.
Algunos investigadores apuntan a que son dos las familias más importantes de ácidos grasos: Los grupos Omega 3 y Omega 6 . Los ácidos grasos Omega 3 consisten esencialmente en ácido alfa – linoléico y los Omega 6 en acido linoléico. Estos ácidos grasos están considerados “esenciales” porque son críticos para la supervivencia de los seres vivos. Además, no pueden ser producidos o fabricados dentro del cuerpo, sino que deben ser ingeridos como una parte de la alimentación.
Hay dos ácidos importantes Omega 3 como son el EPA ( ácido eicosapentaenóico ) y DHA ( ácido docosahexanóico ) . El cuerpo del caballo puede convertir el ácido alfa – linoléico en ácido eicosapentaenóico y ácido docosahexaenóico, cuando recibe cantidades insuficientes de éstos. La falta de los ácidos eicosapentaenóico y docosahexaenóico es lógica en el caballo, pues estos ácidos se encuentran en su mayor parte en pescados de agua fría: salmón, sardinas, etc . El ácido alfa – linoléico, sin embargo, se encuentra en plantas con hojas y en los componentes más tradicionales de la dieta del caballo. El aceite de linaza también es rico en los ácidos grasos Omega-3.
La fuente más común de ácidos grasos Omega 6 es el aceite de semillas y cereales. El maíz y el girasol también contienen cantidades importantes de Omega 6 y son eficazmente absorbidos por el caballo.
La Proporción – Omega 3 y Omega 6
Un equilibrio correcto entre el Omega 3 y 6 es imprescindible para que ambos sean efectivos. Cada tipo de ácido graso es necesario para la producción y distribución de los tipos de hormonas denominadas prostaglandinas. Las prostaglandinas, que son producidas debido a la ingesta de ácidos grasos Omega 3 y Omega 6 tienen efectos diferentes en los procesos de la inflamación del cuerpo. Además de este marcado efecto en las reacciones que produce la inflamación en el cuerpo, los ácidos grasos Omega 3 y 6 ayudan a mantener la estabilidad en la membrana de las células, al desarrollo del tejido del sistema nervioso y a sus funciones, a la motilidad del oxigeno y a las funciones del sistema inmunológico.
Todavía no se sabe exactamente cuál es la proporción óptima entre los ácidos grasos Omega 3 y Omega 6 en el caballo. Sin embargo aunque no se sepa cuál es la proporción óptima, los estudios sobre los ácidos grasos y la dieta del caballo muestran unas tendencias claras.
La dieta natural del caballo basada en forrajes tanto frescos como secados contiene más ácidos grasos Omega 3 que las dietas consistentes en una mezcla de forraje y cereales. Los cereales y piensos comerciales contienen más ácidos grasos Omega 6 que Omega 3, lo que puede ser perjudicial si el caballo recibe una ración con mucho pienso y poco forraje. Los caballos en trabajo fuerte, como caballos de carreras o ponis de polo y a veces yeguas lactantes que no mantienen bien su peso, tienen que recibir mucho pienso y por tanto pueden necesitar otras fuentes de ácidos grasos Omega 3.
Los estudios sobre el Omega 3 en todos los seres vivos, están atrayendo el interés de numerosos científicos. También se está estudiando cómo funciona exactamente en el caballo. Los estudios iniciales han obtenido unos resultados interesantes:
Los investigadores han descubierto que los ácidos grasos Omega 3 llegan a la sangre (glóbulos rojos) y esto afecta a los procesos de la inflamación.
- Los estudios sobre reproducción del caballo han demostrado que generan un aumento en la calidad y la concentración de espermatozoides en el semen de los sementales.
- La yegua lactante pasa los ácidos grasos al potro a través de su leche, y Las investigaciones mostraron que los potros lactantes que recibieron Omega 3 tuvieron un sistema inmunológico mejor que los potros que no recibieron Omega 3 a través de su madre. .
- ¿Donde se encuentran los Omegas?
Los alimentos varían en su contenido en ácidos grasos Omega 3 y Omega 6. Son ricos en ácidos grasos Omega 6, el aceite de maíz, aceite de canola y aceite de girasol. Son ricos en ácidos grasos Omega 3, los aceites de pescado y aceite de linaza.
Las dietas consistentes en sólo heno y avena han dejado de utilizarse, sustituyéndose por dietas más modernas que utilizan alimentos que naturalmente contienen una gran variedad de nutrientes. Esto en realidad es más parecido a como comía el caballo salvaje y más acorde con su naturaleza. Todavía queda mucho por aprender sobre cómo podemos utilizar las grasas Omega 3 y 6 en las dietas pero la idea de poder potenciar la salud del caballo sin utilizar medicamentos será algo posible en un futuro corto.
Existe en Chile un producto a disposición de todos, que esta formulado especialmente para caballos y además viene con distintos sabores como manzana para la aceptación correcta por parte del caballo, pregúntele a su Veterinario.