Por Antonio Llompart Cosmelli.
Este fin de semana vivimos una nueva fecha del campeonato de Endurance Chile 2016 y qué fecha, emocionante, entretenida, con nuevos diseños y distancias en las etapas, pero lo más importante con un espíritu que hace algún tiempo no encontrábamos. Desde la organización y trabajo de todas las personas que colaboraron, el ánimo, participación y comentario de jinetes, ayudantes y asistentes, sin duda en esta copa en El Cuadro se revivió la fraternidad, el compañerismo y convivencia, terminando con una tremenda competencia que destacó en las categorías más difíciles, 160, 120 y 80. Finalmente concluyendo con una premiación ordenada y entretenida, con la introducción de Víctor Ríos y la conducción de nuestro querido Kiko Boetsch que retornó al micrófono.
Este espíritu, se vio animado por una entretenida y dura competencia, con un circuitos diseñados buscando la debida equivalencia entre velocidad, técnica y esfuerzo, con etapas más largas al principio 40 y 38 km, pensando en exigir un poco más de nuestros competidores, buscando algo de técnica, fue así como en el caso de 160k sus dos primeras etapas sumaron 78k y en las competencias de 120 y 80 una primera de 38 k y segunda de 22 k, un trazado que recogió bastante de las antiguas pistas pero sufrió ciertas modificaciones, con el objeto de variar la topografía, guardando un piso firme y bueno pero más exigente. Esto asegurando que terminadas las dos primeras etapas tuviésemos al menos el 50 por ciento de la competencia; las horas de largada pensadas para no congestionar el Vet Gate, un trabajo de base cuidadoso y exigente, todo lo cual apuntó a mejorar los tiempos y lograr terminar en forma impecable, lo que facilitó el desarrollo de la prueba, el orden en el Vet Check y terminar a buena hora.
La competencia FEI contó con buenos binomios, cuyos ganadores tuvieron dos elementos coincidentes, repetidos a lo largo de las estadísticas mundiales; jinetes experimentados y caballos que estaban en su edad madura, en efecto la yaguasa de Mark, Manama Endurance que corrió a una media de 17,35 km/h y consiguió además el Best Condition, con 10 años de edad; PS Lautaro, conducido por Alvarito en 120, a una media de 18,71km/h, con 12 años y, en la categoría de 80, Pedro Pablo conduciendo a Hurricane del Timote, caballo de 9 años y a una media de 20,9 km/h. Todos estos campeones corrieron inteligentemente, como ellos suelen hacerlo, Mark siempre en punta, Alvarito y Pedro Pablo de atrás para adelante, y todos tuvieron bajo sus piernas a caballos maduros que les permitieron lograr sus estrategias y ser insuperables en la pista.
A lo anterior debemos destacar la pocas bajas durante la competencia que en su conjunto sólo fue de un 30%, destacando 160 donde terminó la prueba por sobre 15km/h de promedio el 83 % de los binomios con una media de edad de poco más de 9 años.
En efecto la madurez de un caballo de Endurance es de entre 9 a 12 años, en estas edades encontramos la mayor cantidad de campeones a nivel mundial, al igual que lo que apreciamos en el Cuadro.
Estos datos empíricos espero nos hagan reflexionar en algo que ha sido muchas veces comentado y es una regla estadística irrefutable, que independientemente de las modas y comentarios, se nos presenta constantemente, “Para lograr un buen caballo de endurance debemos trabajar al inicio, 5 años, suavemente y por largas jornadas, incrementando el esfuerzo de a poco, permitiendo a nuestro caballo madurar y adquirir la resistencia músculo esquelética necesaria para enfrentar los grandes desafíos, como los realizados por los caballazos antes señalados, este periodo no lleva menos de 3 años y las tentaciones antes de concluirlos son muchas, pero las consecuencias de no esperarlas son peores y nos privarán de contar con nuestro caballo cuando este llegue a su potencial que se dará entre los 9 y 12 años y además nos permitirá gozar de ellos por mucho más tiempo, baste recordar a grandes campeones como RO Gran Sultan, Cash, y Nobi, todos caballos campeones mundiales y que corrieron con éxito hasta pasados los 15 años.
Los invito a iniciar el trabajo al paso, luego al trote y finalmente al galope, sin apuro, buscando jornadas largas de esfuerzo controlado, observar la evolución y respuesta de nuestro caballo al esfuerzo, cuidando, respetando los descansos, permitiendo a nuestros caballos madurar, ya así teniendo bajo los cueros un buen caballo, a su tiempo llegarán los resultados.
Finalmente les dejo los cuadros siguientes que muestran las fases de maduración de un caballo, que sólo a partir de los 5 años está en condiciones de soportar nuestro trabajo y que luego de otros 3 de acondicionamiento estará en verdaderas condiciones de soportar el esfuerzo. Medítenlas y revise su propia historia, verán que lógicas resultan.
Osificación del Caballo
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