El pasado sábado 1ro de agosto,  Cuatro jinetes chilenos; Josefina Maturana (26), Lukas Buckel (23),  André Álvarez (27) y María Paz Vargas ( 50), participaron en la copa Enduro más dura y antigua de USA, por la ruta del oro del estado de California, conocida como las Western States Trail.

El trazado data de 1850, cuando se inicio la fiebre del oro, en las montañas de foresthill, mismos paisajes usados en la serie Bonanza. Al lado del Virginia City.

Este año, cuyo evento cumplía 60 años, fue dedicado a los caballos por primera vez, ya que antes se dedicaba a jinetes campeones.

Se trata de una carrera de 160 kilómetros ( 100 millas) en un mismo día, por variados pasos angostos y vertiginosos, quebradas de una sola huella, 11 chequeos veterinarios para cuidar los caballos, tiempo de la carrera 24 horas max.  Saliendo a las 5:00 am de noche , cruzando alturas de casi 3000 metros, pasando por la noche tipo 8 pm, en donde ya el 40% de los participantes estaban fuera de la carrera por diversos motivos y al final solo el 49% llego a la meta.  La carrera termino en Auburn, en un estadio a las 5 am del domingo, con dos chilenos (María paz y André, llevando la bandera de chile y logrando su preciada medalla de plata (pura, alemana preciosa), con el equipo chileno gritando y llorando de alegría.

El gran gestor de esta aventura fue Rubén  Parra,  Dueño y entrenador del equipo. (Que es sin fines de lucro…).

Josefina y Lukas lograron llegar al penúltimo check point ( luego de 20 horas compitiendo, pero por cojera del caballo, fueron eliminados a metros de la llegada ) sin embargo María Paz y André, quien fue el de mejor performance, llegaron a la meta y lograron el sueño de todo jinete de montaña enduro, la preciada hebilla de plata, que los deja como ganadores.

Fueron  201 participantes ( 8 Junior Riders)  12 paises,  41 de U.S. States

En el trayecto, habían 7 puntos de asistencia de un equipo de 9 chilenos recibiendo al jinete y caballo, en paradas de 15 minutos en donde se les alimentaba a ambos, se revisaban herraduras, monturas, estribo, etc., se daba ropa según el clima y el horario y en dos de esas paradas, obligatorias de 1 hora, los veterinarios controladores les tomaban pruebas de sangre al caballo, chequeos metabólicos, de recuperación y si pasaban estos controles, podían seguir adelante.

Grandes emociones al ver que se logro que dos de estos cuatro caballos árabes, lograran llegar en perfectas condiciones de salud junto a nuestros dos jinetes campeones.

Muchas gracias,

Ernesto Joerger Errázuriz