Teniendo en cuenta que el casco no es una estructura rígida, la forma que se rebaje y herre puede tener un efecto importante sobre el rendimiento y la salud de un caballo deportista, por lo tanto ya sabiendo algo más de la anatomía revisaremos algunas pautas de un buen herraje.
Un buen herrado es un arte y una ciencia y siempre se debe tener cuenta que el herrero debe darle forma y adaptar la herradura al casco y no al revés.
¿Por que se usan las herraduras?
Siempre que alguien realiza esta pregunta, la respuesta es por que son como los zapatos de los humanos, pero ¿por que en libertad no se ocupan?
Las herraduras sirven entre otras cosas a que nuestro caballo no gaste más de lo necesario sus cascos, pensemos que en libertad ellos caminan, galopan y trotan a necesidad de ellos, y el desgaste en sus cascos esta regulado debido a que en general están en praderas. Ahora bien, que pasa con nuestro caballo si hace lo que nuestra voluntad pide, debido a que andan en suelos muy distintos al de las praderas, además de hacer ejercicio que ellos en libertad no realizan; en resumen, si no tuvieran herraduras no quedaría casco.
Además las herraduras les sirven de protección, tratamiento y correcciones.
Consideraciones generales de un buen herraje.
Antes de comenzar a dar pautas generales debemos tener en cuenta que todos los cascos son diferentes, ya que todos los caballos son distintos, por lo tanto un buen herraje se basa en la naturaleza del casco y del individuo.
Equilibrio del casco
Existen dos tipos de equilibrio en el casco denominados estático y dinámico, el primero es el equilibrio geométrico del miembro y del casco en estación, se dice que el casco esta en equilibrio estático cuando mirado desde adelante, las caras lateral y medial de la muralla son iguales en longitud y el rodete coronario es paralelo al suelo.
Se denomina equilibrio dinámico o funcional, a la colocación del pie sobre el suelo durante el movimiento, cuando el casco está en equilibrio dinámico, este alcanza el suelo de forma plana.
Alineamiento de pinzas y talones.
El ángulo del casco a nivel de los talones debe ser paralelo al ángulo a nivel de las pinzas.
Equilibrio Dorsal palmar o plantar
Este equilibrio se entiende como el ángulo del casco (relación entre cara dorsal de la muralla y el suelo) y al alineamiento del ángulo del casco y el de la cuartilla. Con respecto a el primero se habla que un ángulo normal de manos es entre 53 a 58 grados, y en los miembros posteriores entre 55 y 60 grados.
El alineamiento del ángulo del casco y el de la cuartilla, se considera que es correcto cuando la superficie dorsal del casco es paralela a una línea imaginaria o eje que pasa a través del centro de la falange proximal o primera falange, el objetivo de esto es alinear la superficie dorsal de la falange distal con el eje de la falange proximal, por eso se denomina eje podofalangico.
Equilibrio Medial- Lateral.
Es la relación entre la pared externa e interna del casco, se dice que está en equilibrio medial lateral cuando una línea imaginaria que atraviese el rodete coronario es paralela a la superficie del suelo y perpendicular a la línea del eje del miembro al verlo de frente.
Puntos de equilibrio.
Para ver el equilibrio del casco nos ayudaremos con algunos puntos para establecer relaciones y área
s que ayuden a evaluarlo de forma objetiva:
o Punto x: Al mirar de casco de frente, se traza una línea perpendicular al suelo en donde esta línea debe dividir el miembro, incluido el casco, en dos partes iguales.
o Punto Z: Si se mira el casco de frente se traza una línea sobre el rodete coronario y otra donde la muralla apoya el suelo y se ve que ambos lados del casco tanto externo como interno midan lo mismo.
o Punto Y: al observar la suela del casco se traza un par de líneas en forma de cruz y debe dividirla en cuatro segmentos iguales.
Punto Y
o El largo de la pinza con el largo de los talones deben estar en una relación de 3 es a 1.
o Fijarse siempre mirando desde atrás que los talones sean simétricos.
Para la limpieza utilizaremos el denominado LIMPIACASCOS, de la siguiente manera:
- Trataremos de eliminar la suciedad trabajando desde el talón hacia la lumbre; poniendo especial cuidado para no penetrar en las zonas blandas de la ranilla.
- Cuidaremos especialmente el aseo de los surcos colaterales de la ranilla, ya que es el lugar preferido para las bacterias, piedras y cualquier elemento punzante.
- A la hora de limpiar la ranura central, pondremos nuestra máxima atención en la búsqueda de cualquier señal de podredumbre.
- Comprobaremos la no existencia de cortes ni grietas, así como el grado de sequedad del casco.
- En caso de que detectemos mal olor, existirá una gran posibilidad de encontrarnos ante una infección.
- Para terminar la limpieza, comprobaremos que la herradura se mantiene perfectamente colocada y pasaremos los dedos por los remaches para comprobar que se mantienen en su sitio.
Hay que tener en cuenta que si no realizamos la limpieza a diario, no podremos percibir la aparición de un problema hasta el momento en el que el caballo comience a cojear; lo que en ocasiones puede ser demasiado tarde.
Además de la limpieza de los cascos, deberemos poner especial cuidado en la limpieza de la pesebrera. Es fundamental que un animal estabulado disponga de una cama seca y limpia; no hay nada más destructivo para los cascos que el amoníaco de los desechos equinos y de la cama en descomposición.
Referencias:
o Stashak, Ted. Adams “Claudicaciones en el Caballo”.Quinta Edicion, Editorial Intermedica, Buenos Aires, Argentina. 2004. Pág. 1000-1100.