“Jineteeeees, ¡¡¡laaargarooon!!!” Y con esa instrucción partimos la primera manga de cuatro en la categoría de 80 kms. Treinta jinetes, entre adultos y junior, tratando de regular la velocidad de sus caballos, marcando una velocidad promedio que bordeó los 19 km/hr., en contraste con el promedio de las cuatro vueltas, que fue de 16,5 km/hr.  Claramente el día nublado y la baja temperatura no afectó a estos animales de sangre caliente.  Nada más entretenido que la largada y la incertidumbre de lo que va a pasar en cada vuelta…¿iré a recuperar rápido?, ojalá que lleguemos sin lesiones…y tantas otras preocupaciones que se van mezclando con la emoción del galope en grupo.

Siempre he encontrado bonita la carrera de Santo Domingo, pero esta vez el Parque Tricao nos sorprendió con mejoras notables en su paisajismo, un lugar que acoge amorosamente  a los animales que la habitan, con lagunas llenas de patos y otros bichos.  Una pareja observando sentados y tomando fotos de manera casi científica a los cisnes en la laguna, mientras nosotros pasábamos sin inmutarlos.  Cada loco con su tema. Alguien por ahí me contó que se le cruzó un zorro con una cola imponente, en plena carrera ¡Esa sí que es suerte!

Corrimos cuatro circuitos de 20 kms. cada uno, con dificultades bastante similares.  Buenas pendientes, que forzaban a los jinetes a poner atención en las subidas y las bajadas, con terrenos difíciles.  Había que hacerse cargo y poner mucha atención en las piedras, disminuir la velocidad cuando había barro, pavimento, todos obstáculos que hacen que la carrera sea más dinámica. Es un circuito que se equilibra en dificultad con largas partes planas que se corren a través de campos de vistas espectaculares, sobretodo la recta que bordea la playa.  Correr sintiendo el ruido de las olas, y mirando el mar es un regalo que nos da este lugar…pienso que más de alguien se ha visto tentado, como yo, a saltarse la reja y galopar en el agua…pero bueno, la competencia tiene que seguir, y ese gusto lo dejamos para los paseos.

En la categoría del peto rojo, 60 kms. participaron 37 binomios, a quiénes les tocó sortear las mismas dificultades pero con mayor velocidad promedio, alcanzando 17,5 km/hr, lo que le añade mayor dificultad.  Fue una grata sorpresa toparme de frente en uno de los circuitos con un binomio ícono del enduro, Pucará y Elizabeth Huyghe, quienes mostraron un gran desempeño en las tres mangas.

Lejos la categoría con mayor convocatoria fue la de 40 kms, con 57 binomios participando. Antiguos corredores habilitando caballos que serán las nuevas promesas del enduro, corriendo a la par con jinetes que recién empiezan a tomarle el gustito a este deporte, y que de seguro son potenciales adictos.

La organización de este evento y sus instalaciones, muchas de las que quedaron desde el Panamericano del 2010, se llevaron a cabo de manera impecable.  La verdad es que, saliéndome de los aspectos técnicos, siento que somos muy afortunados de poder compartir este deporte y de contar con un grupo humano que está detrás de cada detalle para que podamos disfrutar todos juntos esta disciplina que tanto amamos.

¡¡Nos vemos en la próxima!!

Constanza Reposi